En esta revisión, cuyo objetivo es conocer los mecanismos fisiológicos de la manipulación vertebral de alta velocidad y baja amplitud (HVLA), se observó que la magnitud de la fuerza aplicada durante el tratamiento HVLA no es tan importante como la velocidad y dirección del impulso; que existe un movimiento significativo de la vértebra sobre la que se aplica la fuerza en relación con los segmentos adyacentes, dando lugar a una respuesta refleja de la musculatura paraespinal, que puede afectar a otros grupos musculares más extensos. Por último, se comprobó que durante las manipulaciones HVLA, las arterias vertebrales son sometidas a fuerzas muy inferiores a las que se generan durante las maniobras diagnósticas.
El campo de actuación se orienta a todas las estructuras del cuerpo humano y, en lo que se refiere al APARATO LOCOMOTOR, tiene importantes indicaciones en disfunciones que cursan con dolor a nivel de la columna vertebral (cervicalgias, neuralgias, tortícolis, dorsalgias, lumbalgias, ciáticas y, en general, neuralgias de origen vertebral o síndromes compresivos periféricos), o a nivel del tronco, región costal, así como dolores en los miembros superiores o inferiores (secuelas de traumatismos, esguinces, tendinopatías etc).
Un thrust se define, clásicamente, como una técnica de movilización pasiva de baja amplitud y de alta velocidad, dirigida a una articulación con movilidad limitada, en el sentido de la restauración de su movilidad fisiológica.
Debe ser de baja amplitud para no traspasar los límites fisiológicos anatómicos de la articulación, y de alta velocidad para provocar una brusca separación de las superficies articulares, así como un breve estiramiento de los elementos periarticulares (cápsula, ligamentos, músculos monoarticulares), sin entrañar una reacción muscular de defensa.
El thrust actúa a la vez de modo mecánico, por decoaptación de las superficies articulares, y de modo reflejo gracias al breve estiramiento, provocando una inhibición de la contractura de los músculos mono- articulares que participan en el mantenimiento de la movilidad.
Estas indicaciones son múltiples: cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, neuralgias cervicobraquiales, ciáticas, desequilibrio postural, problema funcional visceral (por vía del reflejo neurovegetativo), ciertas cefaleas, etc.
Pero las indicaciones están condicionadas por eventuales contraindicaciones.
Estas contraindicaciones dependen esencialmente del estado de los tejidos del paciente y, sobre todo, del estado de los tejidos óseos y nerviosos, del estado articular y del vascular (arterias vertebrales para los thrust cervicales, en especial).
El campo de actuación se orienta a todas las estructuras del cuerpo humano y, en lo que se refiere al APARATO LOCOMOTOR, tiene importantes indicaciones en disfunciones que cursan con dolor a nivel de la columna vertebral (cervicalgias, neuralgias, tortícolis, dorsalgias, lumbalgias, ciáticas y, en general, neuralgias de origen vertebral o síndromes compresivos periféricos), o a nivel del tronco, región costal, así como dolores en los miembros superiores o inferiores (secuelas de traumatismos, esguinces, tendinopatías etc).
Un thrust se define, clásicamente, como una técnica de movilización pasiva de baja amplitud y de alta velocidad, dirigida a una articulación con movilidad limitada, en el sentido de la restauración de su movilidad fisiológica.
Debe ser de baja amplitud para no traspasar los límites fisiológicos anatómicos de la articulación, y de alta velocidad para provocar una brusca separación de las superficies articulares, así como un breve estiramiento de los elementos periarticulares (cápsula, ligamentos, músculos monoarticulares), sin entrañar una reacción muscular de defensa.
El thrust actúa a la vez de modo mecánico, por decoaptación de las superficies articulares, y de modo reflejo gracias al breve estiramiento, provocando una inhibición de la contractura de los músculos mono- articulares que participan en el mantenimiento de la movilidad.
Estas indicaciones son múltiples: cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, neuralgias cervicobraquiales, ciáticas, desequilibrio postural, problema funcional visceral (por vía del reflejo neurovegetativo), ciertas cefaleas, etc.
Pero las indicaciones están condicionadas por eventuales contraindicaciones.
Estas contraindicaciones dependen esencialmente del estado de los tejidos del paciente y, sobre todo, del estado de los tejidos óseos y nerviosos, del estado articular y del vascular (arterias vertebrales para los thrust cervicales, en especial).